El hombre que diseñó España
Hay un hombre en España que vislumbró la modernidad, que abrió una de las puertas (y no hubo tantas) que nos han traído hasta aquí. La reivindicación de la figura de Cruz Novillo en este documental de Bermejo y Larraya es, ante todo, un acto de justicia: histórica, por la evolución y el resultado de su obra, y poética, por la búsqueda en esa frontera entre el diseño y el arte en la que el tiempo, y piezas como esta, sirven de mapa. De retruque, es además la gozosa entronización del verbo ‘acruznovillar’.
Un work in progress con el diseño del cartel de la película como hilo metacinematográfico sazona con naturalidad las confesiones del artista y de su hijo, con quien comparte estudio, y los testimonios (Guerra, Leguina…) que contrastan desde diversos focos el influjo del creador que coloreó la Transición. Esa querencia hacia su obra en el cine, procura, además del mejor cierre, un diálogo de las entrevistas con una variada y curiosa muestra de insertos que asientan la narración, de Las secretas intenciones a Topical Spanish, junto a una serie de sencillos hallazgos fílmicos de la vida cotidiana que hacen de la necesidad virtud en un filme cuyo escaso presupuesto es más un grito sobre la heroicidad que sigue siendo hacer cine en España que un límite. Si “el arte es un viaje de ida y el diseño es un viaje de vuelta”, aquí está el billete de ida y vuelta para que el viajero espectador libere a Cruz Novillo después de diseñar España. Ahora que ya sabemos, acruznovillemos todo lo que podamos.
fuente: https://www.20minutos.es/cinemania/criticas/el-hombre-que-diseno-espana-145942/?autoref=true