En ellas guardamos imágenes, que asociamos con las palabras: recuerdos, lecturas, ideas. A veces, compartidas con las personas que hablan nuestra misma lengua, que viven en nuestra misma cultura o que han viajado a los mismos paisajes.
Las palabras no son solo un territorio de académicos y poetas. Las compartimos todos.
Por eso, al pedir 60 palabras para iniciar esta exposición, nos hemos dirigido a personas diferentes: poetas y fotógrafos, mujeres y hombres, jóvenes y mayores, escritores y ejecutivos… Tenemos así una prometedora lista llena de lecturas posibles o tal vez imposibles. Con ese listado de palabras, hemos pedimos a 60 diseñadores gráficos que seleccionen una palabra y la deletreen de forma personal, la redibujen, la reescriban.
Buscando con las mismas letras una lectura visual o icónicamente diferente.