Discurso de Cruz Novillo como padrino de los graduados en Bellas Artes y los graduados en Diseño (primera promoción de España) en la Universidad Francisco de Vitoria:
Queridos y queridas colegas, enhorabuena. Sed bienvenidos a esta, para vosotros nueva, profesión de diseñadores. Os envidio. Ya me hubiera gustado acceder a ella después de estudiar la carrera y obtener el título de diseñador, cosa absolutamente imposible en aquel neardenthal profesional al que yo pertenezco.
Os auguro grandes alegrías y emociones en el ejercicio cotidiano de una actividad profesional tan extraordinaria: el oficio del diseñador es el mejor trabajo del mundo, estoy seguro de que ya habéis empezado a comprobarlo. Puesto a desear, me hubiera gustado que Roberto Campos fuera mi profesor.
Vuestra ocupación profesional cotidiana a partir de ahora debe tener un objetivo fundamental e inflexible: la creación. Vuestro trabajo, y os aseguro que esto es lo mejor que os puede ocurrir, debe estar basado en la utilización sistemática, continuada, ilimitada, de todos los medios (culturales, tecnológicos, metodológicos, expresivos…) que aquí habéis aprendido y que ya habéis comenzado a utilizar en vuestros ejercicios académicos, para conseguir cuanto antes la velocidad de crucero adecuada para acceder a lo que es la esencia misma del trabajo de diseñador: la continua, cotidiana, sistemática generación de ideas conceptuales y métodos de formalización que os permitan ofrecer a vuestros clientes, que os deseo que sean muchos (no hay mal que cien años dure), los más eficaces sistemas de identidad perceptiva (me gusta utilizar este término, expansivo del muy utilizado identidad visual) dotados de civilizada contundencia y elegante simplicidad. A la máxima calidad de un diseño me he acostumbrado a denominarla significancia, que es la absoluta carencia de insignificancia.
Debéis tener muy presente que el nuestro es uno de esos oficios en los que nunca se deja de aprender. Adaptarnos a una realidad siempre cambiante es una necesidad inexorable para encontrar continuadamente modos imaginativos de plantearnos la solución de los encargos. Que volverán a fluir. Ya sabéis, no hay mal que…
No copiéis nunca, no utilicéis deliberadamente soluciones que sabéis que ya existen. Buscad esperanzadamente ideas que todavía a nadie se le han ocurrido. Os aseguro que es cuestión de proponérselo (no se puede crear sin la voluntad de hacerlo) y os garantizo procesos de trabajo llenos de emociones. Y de éxitos. Vivimos unos tiempos en que, además, la voluntad de crear es un deber patriótico y una necesidad económica. Rebelémonos contra los falsos homenajes (Entrecomillado), las redundancias, las citas literales, las copias. Busquemos denodadamente la originalidad Ya sabemos que solo encuentra el que busca….
Tened en cuenta que los diseñadores somos fundamentalmente perceptores especializados. Acostumbraos a percibir vuestros entornos con curiosidad profesionalmente analítica y veréis que útil os resulta en el desarrollo de vuestros trabajos. Admirad expresamente diseños de vuestros colegas que os gustan y participad críticamente en debates sobre temas relacionados con nuestra profesión, muchas veces demasiado encerrada en sí misma. Perteneced activamente a alguna asociación profesional y estad siempre dispuestos a donar vuestro trabajo para campañas de utilidad pública.
Sed cosmopolitas. De momento, el ámbito natural de nuestro trabajo es el planeta tierra, y los diseñadores somos los que nos ocupamos de determinar las cualidades sensorialmente perceptibles de las cosas manufacturadas .No perdáis nunca la curiosidad. Al levantarnos, cada día, nos encontramos en este magnífico planeta en el cual casi todo está por hacerse y es a nosotros, las diseñadoras, los diseñadores a quien nos toca completar la obra de la creación del mundo.
Diseñar es crear, nunca lo olvidéis
Cruz Novillo. Madrid mayo de 2012